En esa hora del día
en que el dulce nombre
de Dios
me amanece los sentidos
y reviste el corazón.
En ese preciso instante
se amulata mi razón
y entre verdes
delirantes
se agiganta la ilusión.
Es el fuego misionero
que se imanta a las
Antillas
gestando semillas del
Reino
donde el salitral anida.
Es la Palabra encarnada
alborotada de oleajes
que va surcando las
islas
y convulsa libertades.
Es la trigueña salmodia
de tres entrañas
hermanas
en la andadura hecha
historia
de un mismo sol
preñadas.
Es el canto huracanado
fraguado en amor materno
que fue en su vientre
endulzando
la pulpa del Evangelio.
Fue la Caridad del Cobre
la Altagracia,
Providencia
cuna, bandera y norte
¡ las primeras
misioneras !
Bendito seas misionero
de fe hiedra y visionaria
que vas frutando mi
pueblo
con la Misión
Claretiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario