Tal vez tuve la infantil
esperanza
de poder derrumbar los
muros
que fuiste levantando
con tus silencios
oscuros.
Y aposté a mi gran amor
que fuí envolviendo con
carne
que fuí sangrando con
versos
y que con crueldad
desarmaste.
Y desahuciaste mi
corazón
pisoteando mi ternura
destrozaste mi ilusión
me lanzaste a la locura.
Tu cruel insensibilidad
olvidó de golpe los años
nuestro caminar, las
alegrías,
y me mostraste a un
extraño.
Y me dejaste tirada
con el corazón
destrozado
como quien tira un papel
que se cansó de estrujarlo.
Nancy Burgos
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