Viernes, comienzo
del último fin de semana del mes de mayo…
Toda esta
semana la prensa mundial ha tenido en sus titulares, luego de las estadísticas
del COVID 19, la muerte de George Floyd, en manos de un agente de la policía de
la ciudad de Minneapolis en Estados Unidos.
Ha sido una noticia
que ha causado a muchísima gente: consternación, coraje, tristeza. Algunos han expresado que es un caso más de
los muchos abusos de parte de la policía, otros, se han tirado a la calle a expresar
su indignación a través de actos violentos, y también hay un grupo de personas
que simple y sencillamente, no opinan.
Aunque esto
pasó el lunes, no había querido comentarlo por aquí, por razones que ahora no
vienen al caso. Pero, me parece que además
de tener el derecho de expresión, tengo el deber de hacerlo. Lo haré de una manera muy sencilla, solo un
breve comentario desde mi óptica que no pretende levantar la bandera de la
verdad, ni ser la gurú en ciencias sociales.
Me limitaré a
comentar sobre una de las tantas noticias que transcribo literalmente a
continuación:
El
pasado lunes 25 de mayo por la noche en la cuidad de Minneapolis, EE UU, un
hombre negro, al que posteriormente se identificó como George Floyd, murió tras
ser arrestado por cuatro agentes de la policía de la ciudad. Este suceso, que
está siendo analizado por la Oficina Federal de Investigaciones, ha dado la
vuelta al mundo gracias a los vídeos que grabaron los que lo presenciaron.
Lo primero que destaco en la noticia es el hecho de
que identifican al hombre asesinado como “un
hombre negro”. Las palabras hacen una explícita y clara
distinción entre un hombre y otro por el color de su piel. ¿Era realmente necesario especificar que era negro?
¿Por ser negro y no blanco, su muerte importaría más o menos? ¿Vale menos por
ser negro? Desde ese primer comentario,
se demuestra el prejuicio de la prensa que debería ser la primera en ser
objetiva, parcial y justa.
Luego, más adelante indica la noticia que murió tras ser arrestado por
cuatro agentes de la policía de la ciudad. Un hombre fue arrestado por cuatro y esos cuatro son
agentes de la policía. Personas que
representan el orden, la justicia. Se necesitaron
cuatro hombres para arrestar a uno. Y luego
la noticia en esta “introducción” dice que murió tras ser arrestado. Si hubiese tenido prisa a leer el periódico y
no leer nada más, hubiera pensado que le dio un infarto, un derrame cerebral o
algo así. ¡Él no murió, a él lo mataron! Sigue la prensa “suavizando” la cosa.
Según
la versión oficial, los policías, que acudieron al lugar debido a que se había
denunciado un fraude, encontraron a Floyd sentado dentro en su vehículo,
y cuando se le ordenó que saliera se resistió el arresto. Además, añade
que durante la detención cuando los agentes ya tenían al hombre esposado y
tendido boca abajo notaron que presentaba "dificultades médicas", por
lo que llamaron a una ambulancia.
Floyd estaba sentado dentro de su vehículo. No estaba amenazando
a nadie con un arma de fuego, no estaba asaltando un banco, no estaba incendiando
una oficina, no estaba colocando una bomba.
Estaba sentado dentro de su vehículo. ¿Qué daño se puede hacer en una posición propia
del sedentarismo? Estar sentado es estar
en una postura bastante inofensiva, en todo caso, dañina para quien la practica.
Continúa diciendo que se resistió. Pienso que por alguna razón, Floyd desconfiaba o
ya presagiaba ya un desenlace fatal.
Más adelante dice:
cuando
los agentes ya tenían al hombre esposado y tendido boca abajo ….¿qué necesidad había de ponerlo boca abajo en
el pavimento de la calle si ya lo habían esposado? Si los policías tenían “motivos” para arrestarlo,
habiéndolo esposado, lo que procedía era sencillamente llevarlo ante las
autoridades pertinentes a levantarle una denuncia. Desde el instante que lo sacan a la fuerza
para arrestarlo, desde ese mismo instante que comenzaron a quitarle su libertad;
comenzaron a quitarle la vida…
notaron que presentaba
"dificultades médicas", por lo que llamaron a una ambulancia. ¿Así le llaman a la agonía de un hombre que está
siendo torturado? ¿Dificultades médicas?
¿Llamaron a la ambulancia para lo que se supone que se llame a una
ambulancia, para socorrer, para atender, aliviar, sanar, salvar? ¿O para que
recogieran los despojos de un hombre al que acaban de matar?
En
el vídeo, grabado por viandantes, se ve al hombre boca abajo en el pavimento y
a un agente sobre él apretándole el cuello con una rodilla durante varios
minutos, sin modificar su postura, pese a que se escuchan las quejas del hombre
varias veces de que no podía respirar hasta que parece perder el sentido.
En el vídeo, grabado por
viandantes… ¿Es en serio? ¿Viandantes, en plural? ¿quiere decir
que fueron varias las personas que estuvieron grabando esta barbarie y no se le
ocurrió a nadie detener ese salvajismo? ¿En
qué nos hemos convertido? ¿Cómo en este
año 2020, donde el hombre alcanza la comunicación 5G, que sigue viajando a la
luna, que se habla de una moneda digital; no hayamos logrado avanzar un
milímetro en sensibilidad? ¿Cómo se
llega a ser indiferente ante la crueldad, el abuso, el irrespeto por la vida?
un agente sobre él apretándole el
cuello con una rodilla durante varios minutos, sin modificar su postura, pese a
que se escuchan las quejas del hombre varias veces de que no podía respirar
hasta que parece perder el sentido….
¿Por qué dice “un agente”? ¿por qué cuando habla de
Floyd dice, “un hombre negro” y cuando habla del otro dice “un agente”? ¿Por qué no dice “un hombre blanco”? No. Dice,
un agente: sinónimo de autoridad, de poder, de respeto. De este modo, sigue el lenguaje subliminal
jugando con el lector, intentando justificar lo injustificable…
apretándole el cuello con una
rodilla durante varios minutos,…
y las personas continúan grabando…
¡Claro, supongo que esta acción es “tan natural,” tan “elemental”,
tan “básica”, tan “necesaria” en casos de arrestar a una persona! Me imagino que es una de las primeras
técnicas que les enseñan en la Academia de Policía, colocar la rodilla sobre el
cuello de una persona, obstruirle su respiración, causarle dolor, daño físico y
sicológico…supongo que sí, que es una de las materias en que este hombre “agente”
sacó un 10.
pese a que se escuchan las quejas
del hombre varias veces de que no podía respirar hasta que parece perder el
sentido….
Se continúa grabando, ahora, inclusive, se escucha
perfectamente en el video todas y cada una de las quejas de un hombre
inmovilizado, que está siendo torturado, con otros tres agentes de la policía
siendo testigos morbosos y silentes de lo que allí estaba sucediendo. Pero los tres policías, al igual que los que
están grabando, no escucharon a Floyd. Ninguno
lo oyó gemir, llorar, suplicar, agonizar, pero muy bien que se escucha en las
grabaciones…
no podía respirar hasta que
parece perder el sentido….
Lamentablemente he visto no “el” video, sino distintas
versiones del mismo. Lo que significa
que fueron muchas las personas que se detuvieron a grabar el asesinato de Floyd. Sí, el asesinato, no el “homicidio
involuntario” del que acusaron esta tarde al “hombre blanco”.
En uno de los videos puede verse claramente a varias
personas que pasan caminando frente a la escena. Ninguno se detiene, todos continúan su camino
en actitud completamente indiferente, indolente. Me hizo recordar la parábola del Buen
Samaritano, cuando al ver al herido, pasaban de largo…
Uno de los tres policías que acompañaban al asesino
(me permito llamarle así); parece posar frente al lente de quien le está
grabando. De cuando en cuando esboza una
sonrisa burlona, con una mirada amenazante y podrida de una falsa autoestima. Me pareció ver a los soldados que se burlaban
de Jesús al momento de su crucifixión…
Muchos podrán decirme que el racismo es un problema
milenario. Otros inclusive opinarán que
es “ley de vida”, que no hay nada que hacer.
Pero no puedo aceptarlo. Esta muerte
cruel, espantosa, inhumana, salvaje e ilógica pudo haberse evitado. A Floyd lo pudieron salvar, pero no quisieron
hacerlo.
Es más fácil no complicarse la vida. Es más cómodo guardar silencio. Es mejor no buscarse problemas. En el país “Rey de la democracia”, en el país
“Defensor de los Derechos Humanos”; cada cual tiene el derecho de hacer lo que
le de la gana y nadie tiene el derecho de impedirlo.
No encuentro palabras que puedan expresar todo lo que
me ha “movido” por dentro esta noticia. Siento
que hemos retrocedido siglos en las conductas de convivencia más
elementales. Me duele profundamente. Anoche, no podía dormir porque me parecía
escuchar a Floyd repetir una y otra vez que no podía respirar; y a mí me faltaba
el aire. La imagen de la mirada ausente
del agente no la podía borrar de mi mente.
Sí, el policía tenía la mirada ausente de compasión,
de humanidad, de empatía, de respeto, de amor… Sus ojos estaban desbordados de
crueldad, de cinismo, de indiferencia, de odio…
En todo momento, tuvo sus manos escondidas dentro de los bolsillos de su pantalón. ¡Es que tiene sus manos atrofiadas! ¡No aprendió a ofrecerles! ¡No le enseñaron a dar una mano, menos un abrazo! Si dejaba sus manos fuera, probablemente, no sabría qué hacer con ellas...
Ha sido devastador y demasiado triste esta
noticia. Se degenera la imagen del
hombre que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. No se respeta la vida. Nos
hacemos inmunes a la sensibilidad y a la compasión.
Siento vergüenza ajena, me siento indignada, muy
decepcionada, frustrada, dolida. Este no
es el proyecto de Dios, esto no es lo que Él sueña para nosotros. Pero la culpa no es de Él. La responsabilidad es de cada uno de los que
han protagonizado esta triste historia.
Porque a Floyd no lo mató solamente el policía
blanco. Lo mató una sociedad enferma, lo
mató la irracionalidad, lo mató el pensamiento retrógrado de un país
progresista, lo mató una sociedad racista y excluyente, lo mató la falta de
amor.
Podría escribir muchas otras cosas que esta noticia me
ha provocado. Pero, me extendería demasiado. Solo me resta decir ahora que siento
verdadera lástima por todas las personas que tomaron el video, por todas las
que pasaron de largo y por los policías que no detuvieron a su compañero y le
dejaron sumarse a la lista de crueles asesinos del país.
Por todos y cada uno de ellos siento una profunda
pena. Porque cuando menos se lo esperen,
escucharán el grito desesperado de Floyd que despertará sus conciencias y les hará caer en la
cuenta de que fueron igualmente responsables por la muerte de Floyd. Lo mataron lenta y cruelmente con su
indiferencia…
Esta noche Derek Chauvin, el policía “blanco”, ha sido
acusado de homicidio involuntario, abriendo
así, una herida profunda en el corazón de muchos…
Pero también debe ser acusado
de intentar matar la confianza, de intentar matar la esperanza, la
sensibilidad, la solidaridad, los buenos y grandes sentimientos de inclusión,
de comunión.
George Floyd fue asesinado. Cruel, salvaje e injustificablemente
torturado y asesinado. Pero no fue la única
víctima. Muchos fueron víctimas de la insensibilidad, otros de
cobardía, otros del odio.
Derek Chauvin,
el policía blanco también fue víctima…de la falta de Dios en su corazón. Tiene que tener un enorme vacío en su interior. Debe haber sufrido amargamente la ausencia de cariño. No sabe de gratuidad, de generosidad, de respeto, de cercanía, de ternura...
También
a él le deseo “que descanse en paz”. Porque
una persona como él, con ese enorme hueco en su corazón; sin amor, sin humanidad, está sencillamente muerto.
Has puesto palabras al dolor e indignación que muchos hemos sentido ante esta barbarie...
ResponderEliminarcon razon rezar
ResponderEliminar"ven... y renueva la faz de la tierra"
"ven pronto Señor"
Descanse en paz, Dios ayúdanos a cambiar esas actitudes.
ResponderEliminarMauricio SC la Ceiba, Jon.
Buen análisis. Gracias por tu sensibilidad. Añadiría a esta reflexión el privilegio blanco que subyace en este asesinato que se repite cada dia en esa y otras naciones del mundo. Hasta que no desterremos de la conciencia y del corazón la idea de la superioridad y el derecho al dominio para beneficio de otros y otras, entonces y solo entonces viviremos en paz con justicia.
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