Me ha llamado un amigo, algo inquieto, después de haber leído lo que escribí sobre el silencio…Me conoce bien y sabe cuánto disfruto de una buena conversación, en especial en la sobremesa; y no comprende cómo puedo decir que disfruto estar “incomunicada”.
Y obviamente,
partiendo desde esa idea errónea, era de esperar que no creyera o entendiera mi
gusto por los espacios en silencio.
El silencio
es la ausencia total de sonidos; pero nadie ha dicho que no pueda haber
comunicación…
Desde pequeña
aprendí que para que exista una comunicación, tiene que haber un emisor, un
receptor y un mensaje. Y estos tres
elementos están presentes en mi tiempo de silencio; en mi silencio habitado.
Nos ha tocado
vivir en un mundo intoxicado de palabras, y lamentablemente en muchas ocasiones
huecas y sin sentido. Es un tiempo donde vivimos abocados a ser el primero en hablar,
a expresar nuestras ideas, lo que nos pasa, lo que queremos; todo ello de
manera impetuosa y a veces hasta atropellada, por medio de la imposición de
nuestras palabras.
Nos enseñan
desde pequeños a hablar. Pero no nos
educan para escuchar y se nos olvida que para poder hablar, es necesario aprender
a escuchar primero. De ahí que se nos
hace tan difícil acallarnos, escucharnos, degustar el silencio.
Luego, ante la
urgencia del Encuentro; vamos anhelando cada vez más poder desarrollar las
destrezas de la escucha y de la comunicación sin palabras. Porque muchas veces, y en medio de un gran
bullicio, el corazón se siente desinstalado, ajeno a la realidad que le rodea y
herido por la soledad.
Nos sentimos
saturados de palabras que lo que único logran es orillarnos a la tristeza, al
desánimo, y a la desilusión. Y es ahí,
cuando solo el Encuentro con el Otro, la Comunicación ausente de palabras, pero
llena de Vida, es quien puede iluminar nuestras sombras y salvarnos, en especial, de nosotros
mismos.
Gracias Nancy!!. El Silencio es un modo privilegiado de conocimiento. Es aprender a "Mirarme" para conocerme mejor. Es conocerme para lograr amarme más, porque nadie ama lo que no conoce. Es amarme más para poder amar a los demás, porque nadie da lo que no tiene. Es amar más para saber de qué va la Vida. Y es estar en la Vida para entrar y gozar del Misterio de Dios.
ResponderEliminarGracias Héctor, sí, y me atrevo a añadir que siento que en estos tiempos el silencio se convierte en una parábola y en un don.
EliminarAdemás de enseñarnos desde pequeños a escuchar, también deberíamos aprender a saber comunicar sin decir nada.
ResponderEliminarA mí me gustaría tener ese don, porque en muchas ocasiones he querido decir muchas cosas a personas queridas y sientes que ninguna palabra será capaz de transmitir lo que realmente necesita la otra persona y tú le quieres ofrecer.
Quizá debamos contemplar y aprender más de quien es nuestro Mejor Amigo, que siempre nos acompaña, nos escucha y nos habla desde el silencio: nos entiende, nos consuela y nunca nos falla...
Saludos Miguelo...ciertamente que la contemplación nos facilita el acercamiento. creo que debemos comenzar por ahí. Gracias por "pasar" por aquí. Un abrazo!
EliminarGracias por esa reflexión. En este momento estoy en silencio para asi meditar ,entender y aprender sobre esto.Cuando lo expreso lo hago con el corazón y así me siento tranquilo el haberlo expresado.Sobre todo el que siempre nos escucha esta siempre y así nuestra vida tiene sentido.
ResponderEliminarNo sé quién escribe? pero agradezco tus palabras y me alegra mucho saber que estás ejercitándote en el silencio. Siento que es un regalo y un reto a la vez. Una invitación a acercarnos, a conocernos y a solidarizarnos con otros de un modo distinto, profundo y auténtico. Gracias por compartrlo!
EliminarEse es mi norte en estos momentos...aprender hacer silencio. Buscarme. encontrarme, entenderme y diririgirme hacia la búsqueda de ese silencio mayor que no habla pero se siente a través de la calma, del descanso, de la paz, del sentir que está en mi, que me acompaña y que ha estado siempre.
ResponderEliminarQué bueno que sientas el deseo de hacer silencio. Puedo asegurarte sin temor a equivocarme que no es "deseo" tuyo, sino un don que te ha sido dado. Una sed que te aseguro saciarás solo con Él. No te preocupes por "aprender" a hacer silencio...solo tienes que abrir el corazón y disponerte, ya el resto lo hará Él...Gracias por compartir! Ánimo!
ResponderEliminarMe encantó la idea propuesta sobre la conversación,realmente una buena conversación es muy saludable cuando se escucha al otro, y a su vez también expresamos nuestros pensamientos o criterios y somos escuchados.
ResponderEliminarEse silencio se complementa y realmente se disfruta una buena e inteligente conversación.
Ahora cuando alguien necesita desahogar el corazón, el que escucha debe mantener una atención en silencio profundo que se logra cuándo se ejercita.