Te me quedé mirando
desde el hombre hasta el
alma
y sentí una sombra honda
y viví una pena larga.
Se confundió mi calor
con tu obligada escarcha
la distancia me aplastó
se hizo puño mi
garganta.
Predominó la emoción
de entregar bandera
blanca
de ceder con gran dolor
ese pedazo de mi alma.
Comprendí con gran
tristeza
que fui solo un beso del
alba
que es muy inmensa la
nube
y yo…yo no soy nada.
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