Escucho la radio, ¿sabes? ¡ Es un concierto hermosísimo ! Qué pena que no lo estemos escuchando
juntos. No, no sé decirte nombres, ni
títulos, a mi corazón todo eso le parece extraño y hasta absurdo conocer. Pero sí sé decirte que al escuchar esa música
entro en mi espacio vedado a lo cotidiano, me transformo y entro en un éxtasis
profundo; el corazón se llena de trinos todos multicolores y las mariposas se
trenzan en mi pelo...¡ y escucho al mar !
Sí, siempre que escucho violines me impregno de salitre
y en mis venas corre la pasión y la furia de ese mar en su afanoso intento de
robarle un beso a la arena, tan deseada, tan esperada, tan amada por él. Su única ilusión, su única razón de ser es
amarla, poseerla y ella se deshace, se le cuela en las arterias pero no se deja
besar…¿crees que algún día lo logre?
A mi me duele verle mendigando un beso, él tan
majestuoso, tan lleno de vida, de pasión…
La música me ha preñado de suspiros y pienso en ti, en
tus ojos de miel a los que tanto desearía poder mirar indiferente pero no puedo.
Siempre me pierdo en ellos …me pierdo y me encuentro….
Ahora la música ha ido en aumento como las pulsaciones
de mi corazón y te extraño, te extraño mucho…y quisiera verte, quisiera
amarte. ¡ Ay si estuvieras aquí !
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