En el pozo oscuro de la
vida
donde se abre el abismo
donde se pierden mis
pasos
y se crecen las sombras…
Donde pierdo tu rostro
y me vuelvo cautiva
esclava y fugitiva
de mi propia historia…
Es desde allí que corro
a buscarte
con la urgencia de la
herida
del dolor, del fracaso
del cansancio, de la
ira.
Y siempre estás ahí
esperándome
enamorado, sediento
como un dique herido y
roto
añorando un nuevo
intento.
Y desde allí te me
agigantas
y te vuelves oasis
me preñas ternura
y liberas soledades.
Me amurallas de mieles
me amasas con pan fresco
me perfumas el alma
y me besas por dentro.
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