28 de octubre de 1993

Carta al Señor (poesía)

Señor:
Pronto llegará a tus filas
un nuevo y joven soldado
de dulce paz, sana risa
de mi solar borincano.

Cuando lo veas llegar
fíjate en su mirada
la bondad se encuentra en él
y es tibieza lo que emana.

Es melodiosa su voz
al proclamar tu Palabra
es un niño en el corazón
que quiere entregarte el alma.

Tómalo en cuenta Señor
cuando vayas a sembrar
tiene sus manos grandes
ansiosas por comenzar.

Estará siempre dispuesto
a defender tu gran causa
con humildad y sacrificio
con oración, perseverancia.

Te será útil en el campo
es muy bueno sembrando amor
no le rendirá el cansancio
no lo abrumará el dolor.

Y si su azada cansada
no arara tal vez por fatiga
llévalo hasta los brazos
del Corazón de María.

Que Ella jamás abandona
al Misionero Claretiano
e impulsará sus fuerzas
para continuar con su arado.

Y al terminar la jornada
sólo Tú sabrás el día
germinará la esperanza
de tan valiosa semilla.

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