1 de noviembre de 2014

1 de noviembre, Día de todos los Santos

Hoy es 1 de noviembre, día en que la Iglesia celebra el “Día de todos los Santos”.  

Y  ¿qué es un “santo”?  Pues me encontré con esta definición:

“Un Santo es aquel hombre, o mujer, que ha sido distinguido por alguna tradición religiosa como consecuencia de sus presuntas relaciones especiales con las divinidades y también por haber sido en vida un ejemplo de entrega y solidaridad para con su prójimo.
(Desde Definicion ABC: http://www.definicionabc.com/religion/santo.php#ixzz3HqOXAxFD)

Y constaté con esta definición que son muchos más los santos que conozco, muchos más de los que pensaba conocer. ¡Qué gran noticia!  Sí porque en mi vida son muchísimas las personas que me han testimoniado una vida entregada y solidaria a los demás.  Una vida olvidada de sí misma, que no conoce el egoísmo, el cansancio, la indiferencia, el miedo o el afán de protagonismo.

Vidas que sólo saben dar, entregar, acompañar, ayudar, apoyar, impulsar, construir, amar…

Son tantas que no me atrevo a escribir aquí sus nombres porque seguramente se escape alguno a mi limitada memoria y no me perdonaría ese terrible olvido.  Pero sí quiero resaltar entre esos cientos que conozco  a quienes yo arbitraria y libremente nombro “santos”:

  • A los misioneros que dejan casa, patria, comodidad, confort, seguridades, privilegios, salarios, familias, amistades, todo por anunciarnos la Gran y Buena Noticia, por acercarnos a un Dios de Amor y por mostrarnos el camino de la Esperanza.
  • A esos cientos de profesionales de la salud que enaltecen la humanidad cuando prevalece en ellos la fidelidad al deseo de preservar la vida y la salud de las personas.  A esos (tengo que hacer mención muy especial a los del Grupo AMAR) que sacrifican su tiempo, su dinero, sus propios intereses buscando siempre entregarse generosamente en bien de los enfermos, en especial de los más pobres.
  • A los voluntarios que son capaces de renunciar a sus proyectos personales para sumarse en los proyectos de grandes equipos y/o comunidades; todo en búsqueda de construir un mundo mejor.
  • A los líderes políticos, cívicos y religiosos que en profunda y honesta lealtad a sus ideales y en beneficio de la gente, entregan su vida luchando por el bien de las personas.
  • A esos religiosos que desde el silencio de sus conventos, seminarios, abadías, oran sin cesar y sostienen con su oración a tantos frentes misioneros.

Son tantos que no terminaría de mencionarlos a todos.  Pero agradezco profundamente a Dios que me da el privilegio de conocerlos, de haber sido acompañada por ellos, de poder ver en sus vidas la Presencia de un Dios Vivo que es Fontal en todos y cada uno de ellos.  A todos ustedes, “mis” Santos:  FELIZ DÍA!