¡ Qué maravilla Señor ¡
qué generoso eres
conmigo
me has dado tanto…¡todo!
te has dado Tú en un
suspiro.
Y ahora…este regalo
esta maravilla del siglo
soy protagonista de una
historia
que pocos han vivido.
Año Jubilar
año de fiesta, de
perdón, de alegría
año de condonar las
deudas
de olvidar ofensas y
sanar heridas.
Año de encuentro contigo
con tu misericordia
con tu rostro materno
año de lavar las manos
y estrenar un corazón
nuevo.
Pero, no es visitando
los lugares santos
donde te veré
encontradizo
no es procurando
indulgencias
que quiero caminar
contigo.
Quiero visitar los
santos lugares
allí donde se encuentra
el pobre
el enfermo, el oprimido
allí donde hay hambre y
sed de justicia
donde Tu rostro está
escondido.
Sólo allí podré
encontrarte
en la sonrisa de los
sencillos
de los sufridos, de los
angustiados
de los marginados,
oprimidos.
Sólo así podrás mirarme
y hacerte uno conmigo
no puedo procurar
indulgencias
si no me he abajado a
los míos…
no puedo pedir perdón
cuando la injusticia me
grita clemencia
no puedo tener limpias
mis manos
si no las tocan la
miseria
la de ellos, la de los
míos
la de los cercanos y la
de los lejanos
la de una humanidad que
está presente y olvidada
dolida y ensangrentada.
Es año jubilar
¡ un año de fiesta !
y yo quiero sentir tu
perdón
quiero vivir tu
presencia.
Quiero encontrarme
contigo
en esos santos lugares
en donde germine el amor
la fraternidad, la
alegría
en donde pueda mirarte a
los ojos
en la sencillez de la
vida…