22 de septiembre de 2012


En esta soledad heredada
de tristeza y desamor
en este hueco invadido
de mentiras y rencor.

En medio de mi fracaso
de mi miseria y dolor
vas pulsando Esperanza
y me llenas de Color…

20 de septiembre de 2012

Al día siguiente...


Al día siguiente
todo siguió igual
la calle, las flores, los pájaros
tu risa…

los árboles, los perros
la humedad
tus prisas…

Al día siguiente
todo siguió igual…

tu indiferencia, mi amor
tu rechazo, mi insistencia
tu desprecio, mi perdón
tu alegría y mi tristeza…

9 de septiembre de 2012

Effetá: ¡ Ábrete !



Meditando nuevamente el Evangelio de hoy pensaba en la necesidad que tenemos todos de que el Señor nos imponga las manos, nos abra el oído y nos suelte la lengua…

Que nuestra sordera quede anulada y seamos capaces de oir las súplicas, los gritos y también el llanto de tantos que sufren hambre, sed de pan; de justicia y de Amor.   Quiébranos los tímpanos para que podamos escuchar las voces de la miseria, de los que presos, de los marginados, de los oprimidos, de los olvidados no de Dios, sino de nosotros mismos.  Que el Señor limpie nuestro oído para poder sintonizar con su Proyecto de Amor y entender y asumir nuestra postura ante esta escucha…Que podamos escuchar y expresar ¿qué quieres que haga Señor?

Pero también le pido a Dios que los pobres, los olvidados, los sufridos pierdan su sordera para que puedan Escucharle a Él través de Su Palabra y a través de tantos hermanos y hermanas que les piensan, que les quieren, que se les acercan con gestos concretos y muy sencillos:  en una visita, al compartir un café, un trabajo, una oración, una conversación; en donde se comparten los dolores, las penas pero también las alegrías y la Esperanza…

Que se caigan los muros del silencio,  ¡ Ábrenos el oído Señor!

Suéltanos la lengua para que podamos hablar palabras de justicia, de caridad.  Que podamos transmitir un lenguage nuevo, renovado, fresco, transparente, HUMANO, SOLIDARIO, FRATERNO.

Que podamos transmitir no nuestras palabras que a veces resultan tan huecas, sino Tus Palabras, esas que están cargadas de Verdad, de Fidelidad, de Amor.  Palabras que liberan, que transforman, que recrean, que dan Vida. 

Suéltanos la lengua Señor para que podamos hablarles de Ti de Tu Amor, de Tu Ternura, de tu Pasión por todos y cada uno de nosotros.  ¡Que seamos capaces de permitirnos una nueva comunicación, de estrenar nuevos diálogos, de construir grandes puentes que nos permitan acercarnos!

Igual te pido Señor que esas voces que hemos acallado también tomen la palabra…esos a los que hemos hecho enmudecer, a los que hemos querido callar por tanto tiempo, que hablen, que griten, que en total libertad nos digan lo que van sintiendo en su corazón.  Que nos reclamen, que nos exigan que le compartamos tantas palabras que hemos recibido de ti y que nuestro egoísmo las ha guardado en nuestro interior.

Que se escuche Tu Voz en los Altavoces de la Vida, ¡Libera nuestra lengua Señor!

Mete Tu Dedo en nuestros oídos, para estar atentos y responder con urgencia a Tu Llamada, a Tu Proyecto.  Que podamos escucharte en mis hermanos, en todos, en especial en los que hemos ignorado…
Libera nuestra lengua y quita las mordazas que no nos dejan pronunciar palabras honestas, sinceras, profundas…palabras llanas:  Tu Palabra.

Enciende y fortalece nuestro espíritu para continuar creyendo en que un nuevo mundo es posible, cuando reconocemos con humildad que necesitamos que nos liberes, que te acerques, que nos toques, que nos ¡ABRAS!