25 de julio de 2010

PREGÓN 1er CONGRESO MUNDIAL COLEGIOS CLARETIANOS (escrito)


No hermano mío, no sueñas…has oído bien.  Son los compases que nos despiertan de un largo letargo…los que se asoman a nuestros sentidos para hacernos sentir que la sangre se alborota toda al compás de los tambores.  

Ven hermano mío, no, no estás soñando, estás escuchando bien; es el ritmo antillano que anuncia bañado en gozo que el gran momento ha llegado.

Se han cruzado las fronteras, y es aquí, hoy y ahora en que se encuentran norte y sur, este y oeste cargado de colores, de rostros, de razas…Y hemos llegado hasta aquí rotos de la sed del encuentro, urgidos por la misión y llenos de esperanza.

¡CONGRESO DE EDUCADORES CLARETIANOS!  ¡ El primero!, el que inicia su jornada un 16 de julio, en nuestra gran fiesta Claretiana!  Hace ya muchos años que Claret comenzó esta gran obra.  Hoy, 153 años después, su ardor misionero nos sigue quemando y nos empuja a seguir trabajando a favor de la evangelización de los pueblos utilizando todos los medios y en todos los tiempos.

Sean todos bienvenidos, en donde la Misión Claretiana se ha insertado, sean todos bienvenidos.  ARGENTINA, BRASIL, CHILE, COLOMBIA, COSTA RICA, ESPAÑA, INDIA, ITALIA, JAPÓN, PANAMÁ, PARAGUAY, PERÚ, PORTUGAL, PUERTO RICO, REPÚBLICA DOMINICAN, VENEZUELA…

Todos entonaremos un canto monorrítmico y encenderemos al mundo entero con el fuego del divino amor, como decía nuestro Fundador.  Hasta aquí llegaron con frágiles faroles en las manos…manos de los más nobles educadores.  Y habrá cruce de sombras frente al fuego, y habrá apertura y amor en nuestro encuentro y se abrirán los corazones y se avivarán los sentimientos.  Y Dios se hará grande entre nosotros, y surcará nuestros pensamientos y se hará uno más, norte, sur, este y oeste pero sobre todo, será el centro.  Y al final del Congreso ya no regresarán los faroles, porque el fuego se habrá hecho voraz, grande, será intenso y entonces serán gigantes fogatas las que pincelarán de rojo al mundo entero y borrarán la oscuridad y entronarán la Luz del Eterno!

Y habrá pluralidad de culturas y diálogos y seremos profetas en nuestro tiempo; y seremos una voz como la de Fray Antonio de Montesinos que desde esta tierra quisqueyana gritó:

“Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes.  Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible y servidumbre a estos indios?  ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido?  ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dáis incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?  ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?  ¿Estos, no son hombres?  ¿No tienen almas racionales?  ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos?  ¿Esto no entendéis?  ¿Esto no sentís?  ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letártigo dormidos?  Tened por cierto, que en el estado (en) que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo”.

Seremos voz profética, y lo haremos con dignidad porque sembraremos no nuestras palabras que son limitadas, sembraremos SU PALABRA…

Palabra que ilumina el camino, nuestros centros, nuestros niños, palabra que marca el compás de nuestras vidas, y van surcando nuestro tiempo.

Vengan hermanos míos, sean bienvenidos todos a este encuentro…a esta bendita tierra antillana que nos acoge en su seno, bordeada de hermosas playas, preñada  de sol y versos…¡REPÚBLICA DOMINICANA!  tierra abrazada al fuego, hermana flor caribeña en donde engendraremos una nueva educación matizada de un sin fin de sabores y pueblos.  Una nueva educación llena de esperanza, de ardor misionero, encarnada en cada paso que demos, una misión Claretiana que desborde el universo.

Hoy encendemos la antorcha que alumbrará la apertura al Congreso, iniciando un nuevo amanecer en la historia Claretiana…en donde reconoceremos la heroicidad de los primeros misioneros que sostuvieron en sus manos el cirio incandescente de la fe y nos han legado este encuentro.

¡ PRIMER CONGRESO DE EDUCADORES CLARETIANOS…GRAN ESPERANZA DE ESTE TIEMPO!

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