1 de enero de 2023

¡Bienvenido Año 2023!


El 1 de enero de 2022 escribí en este espacio, justamente un año atrás, un día como hoy.  Compartí en ese entonces la reflexión que estuve haciendo en preparación a un nuevo 1 de enero.

En ese momento, me inquietaba pensar en las cosas que yo iba a traer para el nuevo año, y no me hacía expectativas de lo que me traería el nuevo año a mí.  En los últimos meses del 2021 reflexioné mucho sobre aquello que quería aportar a mi familia, a mis amigos, a mi comunidad.  Experimenté la inquietud de comprender qué cosas nuevas iba a ofrecer a las personas que amaba; qué quería aprender, cambiar, mejorar, aceptar, etc.  

Seguramente este ejercicio lo hacemos muchísimas personas, especialmente las que intentamos privilegiar tiempos de silencio.  Estos espacios, donde serenando el espíritu; intentamos acallar el ego y escuchar como niños esa Voz interior que todos llevamos dentro.

Hoy, comenzando un nuevo año, es inevitable evaluar el tiempo vivido.  Experimento GRATITUD por muchísimas cosas. Pero destaco algunas que marcaron mi 2022.

Una de ellas, ha sido la Presencia del Señor en la vida de mis padres, en especial en la de mi mamá, en medio de sus sufrimientos y su enfermedad.  Puedo atestiguar lo que la alimenta día a día:  su Fe.  Mi mamá ha confiado siempre en la fuerza de la oración al Sagrado Corazón de Jesús y diariamente le habla, le llora sus dolencias, le pide, le ruega y le reza confiada en su intersección.  Y estos gestos tan místicos como humanos; vividos en medio de una dolorosa carencia de salud, en los umbrales del final de sus días; no dejan de sorprenderme, emocionarme y edificarme…

Lo segundo que agradezco de modo especial, es lo vivido en la familia, con mis hermanas e hijos.  Los diálogos, encuentros, alegrías y momentos difíciles que vivimos el pasado año; han fortalecido nuestra relación, y siento que hemos madurado en el amor oblativo.  Nos hemos hecho más fuertes, más cercanos, más comprensivos.

Agradezco infinitamente la presencia de amigos que se han convertido en familia.  Personas muy especiales, realmente portadores de buenas noticias para mi vida.  Nunca terminaré de agradecerle al Señor por ellos.  Se han convertido en “ángeles” que me brindan de un modo hermoso e incondicional su cercanía, ternura, amor, compañía.  Puedo llamar, sin lugar a dudas, el año 2022, el Año de la Familia Extendida en mi vida.  He sido muy bendecida por ello.

Al igual que siento una inmensa gratitud por los que llevan ya muchísimos años compartiendo el camino y que continúan a mi lado siendo fieles al sentimiento y amor que nos ha unido.

Me siento también, agradecida, porque el Señor me sostuvo en momentos en que sufrí percances de salud.  Se hizo vivamente presente a través de personas que me acompañaron, apoyaron y ofrecieron amor, cariño, ánimo y todo lo que necesité…

Si bien experimento gratitud por esto y muchas cosas más; también experimento un poco de frustración por los intentos fallidos, por las horas perdidas, por no siempre lograr superar los egoísmos y miedos…

Reconozco con humildad que he dado algunos tímidos pasos en mi crecimiento espiritual, aunque lamento el no haber crecido cuánto anhelaba. Aprendí a ser un poco más tolerante y paciente.  Tengo mayor dominio y control de mis emociones, porque creo que me conozco más.  Acepto y acojo con mayor serenidad lo que la Vida me va presentando; y me duele mucho el no haber sido capaz de ofrecer y amar más…

Pero en el balance de mi año, me siento en paz, porque soy capaz de identificar mi vulnerabilidad, mis limitaciones, y eso no me permite olvidar que soy dependiente de Su Amor, de Su Ternura, de Su Misericordia.  

Una de las grandes lecciones que me dejó el 2022 fue el darme cuenta de que la visión que tenía de la vida, en la que se ve un comienzo, un desarrollo, una plenitud y luego una decadencia, es una visión razonablemente humana sí, pero está lejos de ser una visión propiamente cristiana.  Porque la vida cristiana avanza siempre en plenitud hacia un encuentro con el Señor.    Por eso me conmoví mucho cuando leí lo que escribió el papa emérito Benedicto XVI: “Yo no me preparo para un fin, sino para un encuentro”. 

Al leerlo me sentí identificada y comprendida.  Porque este pasado año, comencé a comprender esta gran verdad:  La vida no termina, se transforma.

Y vivir desde esta óptica cambia diametralmente el modo de comprenderlo todo.  Porque se aprende a vivir con serenidad, sin prisas, en confianza, con Esperanza.  No se teme el paso de los años, no se lamentan las arrugas, las canas, los cansancios…Nos reconciliamos con la realidad, con nuestras debilidades, nuestras limitaciones, con la caducidad de nuestro cuerpo.  Porque somos más que esa materia.  Somos espíritu y el entendernos así nos capacita para liberarnos de los apegos, de las ansias de protagonizar, de destacarnos, de liderar la vida.  Ya no deseamos ser eficaces, sino personas que vivan con pasión y profundidad todos y cada uno de sus días…

Y en esa gran lección que me dejó el 2022 es la que quisiera profundizar este 2023.  No quiero ni voy a proponerme a hacer grandes cosas.  No voy a planificar sueños, a agendar eventos significativos.  No quiero sentirme frustrada ante proyectos inconclusos.  

Mi deseo es vivir desde la sencillez, desde la Escucha... Quiero seguir ejercitándome en el silencio, (abrazo interior) y en el servicio, (abrazo exterior hacia los hermanos) porque es lo que quiero priorizar en esta etapa de plenitud de mi vida, no ante las puertas de la decadencia, sino ante las puertas del Encuentro.

¡Feliz Año Nuevo 2023! ¡Bienvenido!

6 comentarios:

  1. 𝙂𝙧𝙖𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖 𝙉𝙖𝙣𝙘𝙮 𝙥𝙤𝙧 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖𝙧𝙩𝙞𝙧𝙣𝙤𝙨 𝙩𝙪 𝙖𝙣𝙙𝙖𝙙𝙪𝙧𝙖 𝙙𝙚 𝙛𝙚. 𝙂𝙧𝙖𝙘𝙞𝙖𝙨

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  2. Nancy, año tras año aprendemos valorar nuestro libro de la vida. Comprendemos que tenemos un fin y propósito dictados por el Espíritu Santo. Dejándonos guiar por El, nos prepara para ese ENCUENTRO. Esa es la fuente principal del amor verdadero expresado en acción. Sigue hacia adelante mi hermanita. ¡Te amamos mucho!

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  3. Gracias Nancy por permitirme entrar y ahondar en esta ventanita llena de fe y esperanza.

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  4. Gracias Nancy, por mirar este nuevo año desde otra perspectiva.

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  5. Lucia Guzman Ortalunes, enero 02, 2023

    Gracias por ser y estar. Gracias por compartir esta reflexion que nos ayuda a tambien profundizar en nuestro camino hacia ese encuentro con el Señor que se anticipa en cada comunion que recibimos y nos acerca mas a el. Muchas felicidades y muchas bendiciones.

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  6. Eres muy generosa, Nancy. Es un privilegio y una gracia tenerte como amiga y hermana y seguir, aún en la enorme distancia física, caminando juntos hacia el encuentro definitivo.

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