25 de julio de 2012

Danzando... (Reflexión)

Miró el cielo y volvió a encontrarse perdida en aquel azul triste que tanto le apasionaba.

Así había estado toda la tarde, sin brillo, húmeda; y con aquel aroma que tanto le recordaba la frialdad de sus sábanas.

¡ Qué mucho disfrutaba de ese azul que se iba tornando gris !  Nunca entendió por qué sólo en días así disfrutaba ese grandioso placer de encontrarse allí, perdida, tan sóla y tan íntima.

Cuando respiraba aquel azul iba adueñándose de cada espacio olvidado, de cada molécula ignorada, de cada suspiro que su corazón enamorado había dejado escapar alguna vez.

Iba respirando toda aquella mezcla de lluvia y azufre que le parecía siempre fragancia de estrellas.  Cerraba los ojos y danzaba con el viento, el mismo vals, el mismo tiempo…

Se tragaba toda aquella inmensidad, o tal vez era ella quien se dejaba tragar.  Se sentía libre, feliz, como si le hubieran nacido alas.  No le interesaba bajar los ojos, no le apetecía tocar el suelo.  No necesitaba nada más, no esperaba nada más…

Era tan hermoso ese azul…allí se podría disfrutar del trino de los pajaritos, de esa mansedumbre que muchas veces olvidaba abajo.  Allí se sentía dulce, liviana, y hasta buena.

Si alguien la hubiese visto en aquel momento, hubiera confundido su amor con locura…pero si él la hubiese visto; el comprendería…

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