4 de julio de 2012

Escucho la radio... (Reflexión)


Escucho la radio, ¿sabes?  ¡ Es un concierto hermosísimo !  Qué pena que no lo estemos escuchando juntos.  No, no sé decirte nombres, ni títulos, a mi corazón todo eso le parece extraño y hasta absurdo conocer.  Pero sí sé decirte que al escuchar esa música entro en mi espacio vedado a lo cotidiano, me transformo y entro en un éxtasis profundo; el corazón se llena de trinos todos multicolores y las mariposas se trenzan en mi pelo...¡ y escucho al mar !

Sí, siempre que escucho violines me impregno de salitre y en mis venas corre la pasión y la furia de ese mar en su afanoso intento de robarle un beso a la arena, tan deseada, tan esperada, tan amada por él.  Su única ilusión, su única razón de ser es amarla, poseerla y ella se deshace, se le cuela en las arterias pero no se deja besar…¿crees que algún día lo logre?

A mi me duele verle mendigando un beso, él tan majestuoso, tan lleno de vida, de pasión…

La música me ha preñado de suspiros y pienso en ti, en tus ojos de miel a los que tanto desearía poder mirar indiferente pero  no puedo.  Siempre me pierdo en ellos …me pierdo y me encuentro….

Ahora la música ha ido en aumento como las pulsaciones de mi corazón y te extraño, te extraño mucho…y quisiera verte, quisiera amarte.  ¡ Ay si estuvieras aquí !

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