5 de marzo de 2020

El amor de Padre-Madre

Estos días he estado escuchando reflexiones sobre el Amor del Padre.  Para algunas personas se les hace difícil el poder “entender” bien esto.  Y creo que una de las mejores cosas de ser madre es que te ayuda enormemente a intuir lo que significa el Amor de Dios Padre-Madre.

Precisamente en estas últimas semanas que experimento la fragilidad de la vida en la de mi madre, entiendo que esto es solo el principio de un largo camino donde la relación con mi Padre adoptará nuevos modos y formas de encuentro, pero donde definitivamente continuará siendo su Presencia, mi fuerza y brújula.

He pensado mucho en que si yo, siendo tan insignificante, tan pecadora, egoísta, limitada, soy capaz de dar la vida sin dudarlo ni un instante, por mis hijos, así de inmensa es la fuente del Amor de la que recibo por Gracia, tanta fuerza. Y ciertamente que es la gran “Garantía” que me anima y alegra.

Veo en mis padres, una historia de una larga vida (más de 80 años) entregados al bienestar de su familia y de su comunidad.  Donde la acogida y el servicio han sido siempre sus prioridades. Ahora, frente a la enfermedad, siguen en pie, fortalecidos en la Fe, confiados en nuestro Padre, afianzados a la fuerza del Amor, en medio de sus sufrimientos.

No todo son momentos difíciles. Hay momentos hermosos, cotidianos, conversaciones, risas, llamadas y visitas de personas que nos quieren bien.  Momentos en donde la presencia del Padre se hace tan ¡brutalmente visible!, como cuando veo que, a pesar de la enfermedad y limitación de mami, de la preocupación y sufrimiento de papi, de sus limitaciones; verlos preocupados por el vecino enfermo, moviendo cielo y tierra por garantizar que tenga alimentos, medicinas y cuidados, los que hasta ahora han suplido ellos.  ¡Ese es el Amor de nuestro Padre!  Un Amor que sigue emanando ternura, cercanía, solidaridad, fraternidad, a través del testimonio de los que le aman y sirven.

Mis papas siguen testimoniando el Amor del Padre, del que siempre está atento a nuestras necesidades, a pesar de nuestra fragilidad, de nuestra pequeñez.  Pueden mostrarnos Su Rostro porque han descubierto la Fuente de ese Amor inagotable y nos hacen partícipes a todos, de ello.

Son semillas de ternura; es el Reino que ya está...

1 comentario:

  1. Soy testigo de la extraordinaria generosidad y capacidad de servicio a los demás,sobre todo a los enfermos, que tienen Don Carmelo y Doña Toñita. Soy testigo de la fe y la caridad que testimonian, fruto de muchos años de trato con el Señor, en un matrimonio donde el amor fiel de tantos años ha sido fuente de gracia y larga vida, no solo para ellos, sino para muuuuchos que se han visto beneficiados de su generosidad. Y además, un amor a la Iglesia, a través de su Comunidad parroquial, de la que han recibido tanto, y a la que, agradecidos, han servido tanto. Un privilegio de vida ser una partecita de su historia de vida. Seguirán contando con este hermano sacerdote.

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