21 de marzo de 2020

Sexto día de la cuarentena

Ya hacen seis días que se detuvo el reloj para dar paso a un nuevo estilo de vida.  Uno mucho más sosegado, tranquilo, ausente de agendas y matizado de muchas incertidumbres. ¡Llegó el sábado, el primero de esta cuarentena!

Por lo regular, el sábado es el día que procuro levantarme más tarde; y en donde se ausenta el sentimiento de culpa al prepararme varios pancakes. Trato siempre de organizar compromisos durante la tarde ya que me encanta desayunar en el balcón tranquilamente y sin la presión de tareas pendientes.  Además, es el día donde dispongo de más tiempo para organizar y limpiar la casa y la ropa.  Y les confieso que me encantan los sábados, en realidad es mi día favorito de la semana.

Hoy, por supuesto que fue muy distinto.  Me levanté tarde en la mañana pero no por opción, sino porque en realidad dormí muy poco y mal anoche.  Parece ser que luego de cinco días, se comienza a descompensar no solo nuestra anatomía, sino también, las emociones.  Y cuando estas no andan equilibradas suelen irse de fiesta en las noches y nos roban la oportunidad de descansar.  En fin, que no me causó mayor angustia porque en realidad, no tenía urgencia de madrugar hoy para nada. 

La mañana, que para mí fue muy cortita; me pareció dominguera.  Son los domingos cuando duermo más de lo habitual pero menos que los sábados porque voy a misa a media mañana, y no desayuno en el balcón.  Hoy tampoco lo hice.  Me sentía muy adormilada y un pedazo de bizcocho y una taza de café fueron suficientes para arrancar mi día.

Dedico un rato a la oración, acompañada del Proyecto “Nos quedamos contigo en casa” que han organizado con tanto cariño, mis hermanos Claretianos.  No puedo dejar de agradecer diariamente al Señor por la preocupación, el cariño, el cuidado y esfuerzos que han realizado para acercarse a nosotros y acompañarnos en estos momentos cruciales que estamos viviendo.  Preparan una Oración de la mañana, una Reflexión diaria y además celebran la Eucaristía desde su comunidad.  Todo esto es un signo evidente del gran amor que nos tienen.  Hoy, sábado, día mariano, además de lo anterior, separaron espacio para el rezo del rosario y en la tarde un espacio para orar cantando.  Definitivamente, un gran bálsamo que alimenta nuestro espíritu y nos mantiene en comunión.

Me llevo la hermosa sorpresa de ver el paso de alguno de ustedes por este Blog y me emociona el ver que por estos medios tan impersonales se pueda tender el puente de la fraternidad. Llevo ya muchísimos años escribiendo aquí pero no ha sido hasta ahora, en esta desértica etapa de mi vida, que me he atrevido a compartir desde la profundidad de mi sagrario.  Lo hago desde el corazón con el mayor de los respetos y de la manera más auténtica posible.

Y desde esa honestidad; me permito compartirles unas letras que dediqué a los Misioneros Claretianos de Antillas en el año 1999 por motivo de la celebración de los 150 años de la Fundación de su Congregación.  Me parece que las palabras escritas en ese momento,  son muy pertinentes hoy por todo lo dicho anteriormente y porque hoy 21 de marzo es el Día Internacional de la Poesía. 

Yo no soy poeta ni mucho menos pero sí una enamorada de este género.  Creo que la poesía es la perfecta y más hermosa expresión de nuestro vino escondido en vasiijas de barro. Es la ventana a nuestro mundo más íntimo y más puro. 

Termino mi día agradeciéndole a Dios por todo lo vivido, por ustedes y por mis hermanos Claretianos a los que una vez más les reconozco humildemente con los siguientes versos.


En esa hora del día

en que el dulce nombre de Dios

me amanece los sentidos

y reviste el corazón.


En ese preciso instante

se amulata mi razón

y entre verdes delirantes

se agiganta la ilusión.


Es el fuego misionero

que se imanta a las Antillas

gestando semillas del reino

donde el salitral anida.


Es la Palabra encarnada

alborotada en oleajes

que va surcando las islas

convulsando libertades.


Es la trigueña salmodia

de 4 entrañas hermanas

en la andadura hecha historia

de un mismo sol preñadas.


Es el canto huracanado

fraguado en amor materno

que fue en su vientre endulzando

la pulpa del Evangelio.


Fue la Caridad del Cobre

La Altagracia, Providencia

cuna, bandera y norte,

¡las primeras misioneras!


Bendito seas misionero

de fe hiedra y visionaria

que vas frutando mi pueblo

con la Misión Claretiana.

4 comentarios:

  1. También me siento muy agradecida al Señor por la presencia de los Misioneros Claretianos en mi vida y la manera en que nos demuestran su cuidado en este momento, los quiero mucho y a ti también. Gracias ����������

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  2. Con la palabra escrita y la poesía se llega a muchos pues retoca el alma con palabras que salen del corazón inspirando hasta pueblos. Y José Martí, siempre viene a mi mente cuando se habla de poesía. Y en 1884 publicó "Maestros ambulantes" donde dijo: La felicidad existe sobre la tierra; y se la conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y la práctica constante de la generosidad. El que la busque en otra parte, no la hallará: que después de haber gustado todas las copas de la vida, sólo en ésas se encuentra sabor.–Es leyenda de tierras de Hispano América que en el fondo de las tazas antiguas estaba pintado un Cristo, por lo que cuando apuran una, dicen: “¡Hasta verte, Cristo mío!” Pues en el fondo de aquellas copas se abre un cielo sereno, fragante, interminable, rebosante de ternura!

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    1. ¡ Muchas gracias Ricardo! Tremendas palabras del gran Martí. Gracias por compartirlas.

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