10 de mayo de 2020

A los 56 días de mi cuarentena...

Hoy domingo 10 se celebró el Día de las Madres.  Día en que tradicionalmente se reúne toda la familia para festejar la maternidad de tantas mujeres que han recibido este bendito don, siendo extensión del Amor entre nosotros. 

Es un día donde acostumbramos a ir a misa temprano y luego llegar hasta nuestra casa materna. Llevamos flores, regalos, dulces; pero sobre todo, muchísima alegría y deseos de compartir con el ser que nos ha dado la vida.  En la casa van llegando los hijos, los tíos, los nietos y de pronto, sin ninguna planificación, tenemos una gran fiesta.

En la misma, compartimos las mismas historias, los mismos chistes, como también el mismo pernil de cerdo y el postre de la abuela que todos esperan.  Es momento de ponernos al día de todo lo que acontece en la familia.  Las preocupaciones de algunos, las deudas de otros, el nuevo noviazgo, el súbito divorcio, el nuevo trabajo, bebé en camino, etc.

Este día, las madres reciben más besos y abrazos que todos los que hayan podido recibir en los pasados seis meses.  Es el día de la ternura en abundancia, donde vamos vaciando los cariños guardados, las caricias escondidas…cuando llega el hijo que hace tiempo no venía a la casa, cuando llega de sorpresa la hija que había abandonado el hogar, cuando todos recuerdan que hay una madre que ha estado allí, en aquella misma casa, en el mismo lugar desde siempre.  

Pero este día es cuando ella en maternal amnesia, recibe, acoge y celebra feliz con todos y cada uno de sus hijos.  Con el que vive con ella, con el que la visita diariamente y también con el que llega solo cuando hay fiesta.  Este día se olvidan los rencores, las traiciones, los abandonos, las tristezas.  Es el día de celebrar el bendito don de la maternidad, que todos, absolutamente todos, reconocen y agradecen.  Por supuesto, que en diferentes grados, de distintos modos.

Hoy, todo ha cambiado.  Los hijos van llegando a la casa, pero no se han podido acercar a mamá.  Hay una distancia que no permite los abrazos, los besos, las caricias.  Las mascarillas solo dejan ver las miradas ávidas de ternura, y en ocasiones amenazados de tristeza.  No hubo apuro por escuchar música, se han olvidado los regalos, y no han llegado todos los de la familia; solo unos cuantos.

Se han inventado nuevas historias, más científicas, más salubristas.  Competimos entre nosotros mismos, queriendo demostrar quién sabe más del COVID 19.  Se habla de estadísticas, de curvas, de picos, de muertes, dolor…esperanza.

Hoy, a los 56 días de estar en cuarentena, he salido por vez primera de mi casa.  Pensé que no funcionaría mi carro por los días que llevo sin usarlo.  Gracias a Dios que no tuve ningún problema con él.  Salí a visitar la casa de mis padres. El camino se me hizo más largo.  Mi primera salida, después de tanto tiempo, pero hoy, es Día de las Madres y la mía tiene 88 años y tiene cáncer, y es la más maravillosa de las madres.

Imposible no ir hoy a verla, nuestras miradas tenían urgencia de encontrarse.  Allí con mascarillas, distanciadas, compartimos la alegría del encuentro, y una pizza recalentada.  No hubo música pero sí dulces palabras.  No hubo regalos, pero sí presencia.  Llegaron mis hijos y también mi hermana.  Llamadas virtuales con mi otra hermana, con otros nietos y también una que otra lágrima.

Fue una tarde muy distinta a las acostumbradas. No recuerdo haber conversado sobre nada que no tuviera relación con lo que estamos viviendo con lo de la pandemia.  ¡Hay tanta impotencia ante esto!  Pero la alegría mareaba el ambiente y nos animaba a inventar palabras, a construir futuros.

Antes de irnos,  se hizo un Tik Tok con la abuela e intercambiamos direcciones donde podemos conseguir lindas mascarillas.  Comentamos que era la primera vez que no hubo arroz ni carne en la casa, ¡pero no faltó el postre de la abuela!

Hoy no puedo escribir más…hay demasiados sentimientos encontrados.  Siento que las palabras se atropellan en mi interior, pero no encuentro salida para ellas.  Pero me quedo con el corazón agradecido por haber tenido la oportunidad de gritarle con la mirada a mi madre cuánto la amo.

4 comentarios:

  1. Como dice mi Madre y Yo le digo a mis hijos:
    Mami es Mami❣️
    😘

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  2. ...y sea como sea... seguimos aprendiendo que todo es Don. Gracias Nancy

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  3. Nancy, el Señor te ha regalado muchos dones maravillosos que has sabido, propiamente, utilizar. Y de seguro uno de ellos es el de la maternidad. FELICIDADES! DTB!

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